Cristina Sanz
Técnico de calidad. Tarragona.
“Cuando comencé el programa de Coaching venía de un proceso bastante largo de falta de esencia, de confianza en mí, de inseguridad por muchas cosas y personas, y de dedicación excesiva hacia afuera… Sentía que no sabía dónde estaban los límites de las cosas, de mi relación con las personas y en el ámbito social y personal. Quizás era ya todo un avance saber qué me faltaba, aunque en ese momento ni eso valoraba…
Ahora me siento grande y me siento con ganas de ir hacia adelante. Soy feliz a pesar de mis días y mis noches porque ahora valoro muchas más cosas que, aunque antes estaban, no las veía.
He aprendido a suavizar las cosas, especialmente en el grado de exigencia conmigo misma y que también se veía proyectada inevitablemente hacia los demás. Eso me hace vivir más tranquila, razonar y gestionar mucho mejor las cosas, e incluso a dar mucho más de mi sin sentirme tan decepcionada, como me pasaba antes. El respetarme y ser fiel a mí misma me lleva a hacerlo también con los demás.
Todo esto me ha llevado a sentirme más segura en mis relaciones, laborales y personales, y a vivir con menos tensión las situaciones.
Sobre todo estoy muy contenta de haberme liberado, en el sentido de creer más en mí y sentirme más libre en muchas situaciones. Y también de haber evolucionado en los apegos, porque eso me ha dado más libertad para decir no o para escoger mis preferencias.
De Vanessa me ha gustado esa facilidad para ofrecer confianza y que tuviera esa sensibilidad para percibir ciertas cosas en mí. Su manera de escuchar y de entender ha hecho que me resultara fácil expresarme, en especial a mí que me cuesta tanto abrirme.
Cuando empecé esto pensaba en cómo, después de todo el trabajo de esos meses, mantener todo lo aprendido sin la necesidad del apoyo de la persona que me iba a ayudar. Hoy no me lo planteo, hoy sé que está en mí. Sé que tendré que seguir trabajando y que necesitaré apoyos siempre, pero también sé que puedo seguir hacia adelante sin dudas”.