Comencé el proceso porque estaba en una relación sentimental en la que me trataban mal, y de eso era consciente. Además, tampoco me sentía bien en otras relaciones de amistad y familiares, aunque no lo tenía tan identificado y me fui dando cuenta poco a poco.
Conmigo misma era una persona muy exigente y perfeccionista, ponía siempre a los demás por delante de mis necesidades. Sentía que nunca era suficiente, que nunca era perfecta. Me sentía atrapada, incapacitada y que no podía salir de donde estaba.
Con el proceso conseguí dejar la relación que tenía, y sin duda eso es de lo que más satisfecha me siento. Además, me he alejado de algunas personas cuando he empezado a poner límites y a escucharme. Ahora mantengo relaciones mucho más satisfactorias para mí, y si tengo que lidiar con alguna situación incómoda, lo hago sin juzgarme, permitiéndome equivocarme, desde el amor y escuchando lo que necesito.
Gracias a todo esto ahora me siento tranquila y en paz conmigo misma.
El resumen sería que antes me relacionaba desde la necesidad de agradar a los demás y de ser perfecta, y ahora busco que me traten bien en las relaciones y me aporten seguridad, amor, cariño…
Lo que más me ha gustado de Vanessa es el cariño con el que me hablaba, la paz que me transmite y que me he sentido muy escuchada.
Lo que menos me ha gustado es la sensación de tener deberes entre sesiones. ¡Es lo que más me ha costado!
Nada más que decir. Simplemente ¡Gracias, Vanessa!