“Cuando decidí hacer el proceso de Coaching estaba muy centrada en el trabajo. Era mi prioridad y, a pesar de trabajar más horas de lo que me pagaban, mi sensación era de desánimo y de no cumplir con mi cometido. Me sentía pequeña e incapaz de salir de ese bucle. Leía a Vanessa y me encantaba lo que escribía, pero no sabía cómo aplicarlo para mí.
Ahora me siento más segura y noto cómo me quiero y me mimo más. Me comprendo más y soy más consciente de por qué me comporto de una u otra manera y de mis niveles de exigencia. El proceso me ha dado herramientas y me ha enseñado que conocerme es un camino.
En este tiempo han cambiado muchas pequeñas cosas: llevo algo más de un año saliendo con el chico de mis sueños, estoy cambiando de amistades, voy a volver a clases de baile, he hecho un curso de clown, he hecho limpieza y organización en mi casa, he empezado un proceso de mentoring…
Una de las cosas de las que más orgullosa estoy de todo el proceso es de mi tatuaje con la palabra “Love”. Creí que nunca me atrevería a hacerlo y que no me decidiría sobre qué hacerlo. Mi tatoo “love” representa mucho para mí, es mi compromiso conmigo misma para quererme, valorarme, mimarme y decirme que yo puedo.
Y también estoy satisfecha de que a veces me siento capaz de comerme el mundo :-).
Durante el proceso me he sentido muy respetada por Vanessa. Con ejemplos, comparaciones y ejercicios sabía mostrarme otro punto de vista. Además las sesiones eran muy dinámicas y las horas se pasaban volando.
También me han encantado los mails después de cada sesión con el objetivo del día y esa selección de material, así como los seguimientos de algún ejercicio concreto vía WhatsApp”.