“Antes del proceso estaba en una total desesperación. Ya no tenía fuerzas ni recursos para salir del pozo. Me encontraba sin rumbo, sin autoestima, atrapada, frustrada por no ser capaz de salir de ahí… Me sentía perdida, sin creer en mí, culpable, pequeña, incapaz… Muy, muy mal.
Ahora puedo decir que me he encontrado, que sé lo que quiero y que soy capaz. Ha sido como salir de un cascarón, más fuerte que nunca. Me siento alegre y capaz de resolverme sola, confío en mi criterio, me cuido y me priorizo. Identifico enseguida mis pensamientos y emociones y los atiendo. Fluyo más y suelto lo que no es mío. Ya no intento controlarlo todo.
Mi vida ha cambiado por completo. Tomo las decisiones que tengo que tomar, hago lo que me hace feliz y lo que necesito, y ya no pongo las necesidades de los demás por delante de las mías. No me culpo ni me responsabilizo de lo que hacen o piensan otras personas. Me comunico mejor, pongo límites, soy más asertiva y he perdido miedos.
De lo que más orgullosa estoy es de conocerme más a mí misma. Poder saber qué quiero y ser capaz de dar pasos para lograrlo. He dado el paso de separarme, hablar con mis hijas, mostrarme más auténtica, abrirme a la vida, sustituir creencias y ser más yo.
El trabajo de Vanessa ha sido impecable. Lleno de empatía, de amor, de comprensión y profesionalidad. Me has hecho abrir los ojos, darme muchas herramientas para poder conocerme, pararme a mirar dentro de mí, identificar y gestionar. Sin juicios, sin “lecciones”. Maravilloso.
Ha sido lo mejor que he hecho por mí. Y con la mejor profesional. Sé que no estaría en este punto sin tu ayuda, Vanessa. Gracias por tu trabajo, por tu trato maravilloso, por tu sonrisa y por todo tu ser. Te quiero un montón!
Espero poder tomarme un café o un vinito contigo algún día. Y darte un gran abrazo.
Todo mi cariño”.