“Empecé el proceso porque tenía una sensación enorme de querer hacer las cosas de otra manera, de cambiar cosas en mi vida, pero no sabía por dónde empezar y qué pautas seguir. Me sentía frustrada y decepcionada conmigo misma. Me había convertido en una persona muy exigente e inflexible, buscando el reconocimiento y la felicidad en cosas externas.
Con el proceso me di cuenta de que el truco está en la aceptación de uno mismo, incluso en reconocer tu parte negativa. De que ser consciente de cómo soy es lo único que me puede ayudar a avanzar. Ahora me siento tranquila y liberada. Necesitaba otros ojos con los que ver la vida. Ahora disfruto observándome, escuchándome y siendo consciente de lo que hay a mi alrededor.
Mi vida ha cambiado en que soy mucho más optimista y he aprendido que siempre hay opciones y que las cosas siempre suceden por y para algo, aunque a veces la respuesta no sea tan fácil de ver.
De todo lo que he conseguido con el Coaching estoy muy satisfecha de identificar mis aspectos más negativos, aceptarlos y tratar siempre de buscar una solución.
De Vanessa me ha gustado su cercanía, que con ella es muy fácil sentirse cómoda rápidamente en la conversación.
También la flexibilidad, el tener siempre las herramientas necesarias para cualquier tema que salga espontáneamente en la conversación.
Y la preparación, el saber aplicar la técnica/método o recomendar lecturas/videos más apropiados para cada momento del proceso.
Ha sido un placer haber hecho el proceso con ella. Las personas que te ayudan a sobrepasar un momento difícil o de desorientación en tu vida acaban marcándote, aunque no las conozcas mucho. Es curioso cómo se establecen esos lazos. ¿Será ésta la señal de que en realidad estamos aquí para compartir y ayudarnos entre nosotros?”.