“A pesar de haber hecho muchos trabajos con psicólogos y terapeutas, llevaba mucho tiempo, muchos años, que me sentía vacía. Solo me llenaba de cosas externas, dependía de todo y todos y me encontraba en continuos altibajos emocionales. Creaba relaciones tóxicas, por fijarme en parejas que alimentaban mi necesidad de cariño y de atención. No sabía estar sola, no empleaba tiempo en mí, y no sabía cómo sentirme mejor conmigo misma sin nadie alrededor.
Me sentía insegura, pérdida, anhelando y buscando cualquier cosa que me llenará. Eso me hacía vivir en una montaña rusa emocional y con la sensación de buscar, buscar y buscar.
Mi situación actual es muy diferente. Lo primero que he aprendido es que eso que busco fuera, solo lo encontraré dentro de mí, con mis logros, mis objetivos, mis días malos y buenos.
Por primera vez en muchos años, sé que la necesidad que sentía de cariño y afecto, proviene de heridas emocionales que pueden curarse, y entiendo lo que me llevaba a buscar en cualquier lado menos en mí misma.
Algo para mi principal en este proceso, fue trabajar la ACEPTACIÓN. Muchas veces es más fácil aceptar que vivir en continua lucha.
He conseguido sentirme libre, más segura de mí misma, más tranquila. Estoy aprendiendo a vivir desde mis deseos y no desde la necesidad y, por supuesto, todo fluye mejor y de manera más sana.
Me siento más feliz, y no por tener pareja, amigos, estar más delgada o tener lo mejor de cualquier cosa, sino porque me encuentro mejor conmigo misma, más llena de MI.
Mi logro mayor, en líneas generales, es sentirme más autónoma, más libre, más independiente emocionalmente hablando. Me siento más yo, y le doy espacio a las personas que me rodean de ser ellas mismas.
Mi carácter se ha estabilizado, y los días son más equilibrados, me despierto más contenta y no estoy en una montaña rusa emocional todos los días. Soy más consciente de todo desde mi esencia, no desde el ego. El diálogo interior mejoró y no me culpabilizo de todo lo que sucede a mi alrededor.
Ese vacío que sentía en mi interior es menor y por primera vez siento que soy más feliz sin parejas, solo conmigo y mi vida. Confío en MI.
Me está ayudando a crear MI VIDA, MI CAMINO, me ayudó a reencontrarme con mi intuición, que siempre la tuve muy desarrollada, pero me olvidé durante mucho tiempo de ella….
Lo que me hace sentirme más orgullosa de mí misma es haber sido capaz de encontrar el comienzo de un camino que me hace sentir más feliz conmigo y con los demás. Haber descubierto a una nueva Esther, (ella estaba ahí conmigo…pero yo no cuidaba de ella), capaz de crear su vida y tener la intención de que esa Esther se relacione desde el amor y el deseo, y no desde la necesidad de cubrir sus carencias.
De Vanessa diría que como ella misma te enseña y aprendes, lo aplica en su manera de trabajar. Nunca jamás me juzgó, ni mis actos, ni mis pensamientos, ni mis sentimientos, fuera lo que fuera, pero sí supo puntualizar en su debido momento sobre decisiones que yo quería tomar y que, por su experiencia y desarrollo laboral, no pensaba que me fueran a hacer evolucionar y ayudar en mi proceso. Para mí esto es muy importante, valoro mucho la sinceridad
Es cariñosa, cercana, centrada y está muy comprometida en el proceso.
Creo que es algo que cualquier persona debería hacer alguna vez en la vida, incluso sin heridas emocionales traumáticas, solo por el gusto de cuidar de sí misma y mejorar como persona. Nunca, en muchos años de terapias, me habían enseñado a quererme, valorarme, respetarme y confiar en mí. Tengo mil archivos, libros y reflexiones que guardaré para releer y recordar”.