“Cuando empecé el proceso estaba en un trabajo al que cada día me costaba más ir, mis relaciones con hombres y mi forma de relacionarme hacían que cada vez me sintiese peor, no valoraba nada de lo que conseguía, nada era suficiente. Y siempre pendiente de lo que pensasen los demás de mí y de su aprobación o reconocimiento. Siempre comparando mi vida con la de los demás y, evidentemente, la mía siempre era peor.
Me sentía insegura en todos los aspectos, no merecedora de cosas y, sobre todo, no validaba mis emociones y me hablaba fatal.
Ahora he dejado mi trabajo, creo que me merezco lo mejor y que no tengo que demostrar nada a nadie, y estoy muy orgullosa de ser como soy. Me hablo muchísimo mejor, soy más comprensiva conmigo misma. Y no me cambio por nadie.
Me siento más segura, más tranquila y con más ilusión. Siento que me merezco lo mejor, que soy capaz de conseguir lo que me proponga y que no soy ni más ni menos que nadie. Que hay relaciones que se acaban y que yo no soy la culpable de todo lo que pasa.
De lo que más satisfecha estoy es de dejar mi trabajo y de hablarme mejor, siendo consciente de que me merezco lo mejor. También de dejar de fumar, sin sentir presión por si no lo conseguía y dejando a un lado lo que pensasen los demás por si no lo conseguía o si recaía.
Vanessa me ha ayudado a entender el porqué de las cosas que me pasan y siento, a ver que todo lo que siento está bien, y que me ha dado muchísimas herramientas para seguir trabajando. No he echado en falta nada.
Me alegro muchísimo de haber trabajado contigo porque siento que he avanzado muchísimo”.