“Antes mi situación era difícil y triste. Dependía de lo que pensaban los demás de mí y todas mis decisiones eran en función a ellos. Me sentía siempre agobiada, me exigía todo el rato, no me perdonaba ningún fallo y me comparaba con todos los que me rodeaban”.
“Ahora mi situación es de mucha tranquilidad, libertad y felicidad. Me siento libre, me siento orgullosa de mi misma y me siento independiente de lo que piensen o hagan los demás. Me siento capaz de todo lo que me proponga”.
“Mi vida ha cambiado en todo, ahora sé que mi felicidad depende de mí, que soy yo la que decide lo que quiero hacer y sentir. Ahora sé que no hay nada más importante que yo, no hay nada más importante que ser feliz y poder decidir. Soy capaz de decir que no y no sentirme culpable y soy capaz de aceptar que los demás me digan que no, sabiendo que no tiene nada malo”.
“No ha sido fácil llegar a darme cuenta de todo lo que sé ahora y estoy muy satisfecha de todo. Pero si tengo que resaltar algo, es una de las cosas que más me torturaba antes y que ahora es lo que más feliz me hace: la libertad de decidir y el ser independiente de lo que opinen los demás de mí”.