
Por qué, cuando idealizas a alguien, siempre te pegas el batacazo
Qué bonito es idealizar a alguien, oye. Subir a esa persona a un pedestal, montarte una película de colorines y fuegos artificiales, imaginarte comiendo perdices a su lado… Hasta que, ¡catapum!, te despiertas de la fantasía. Y no lo dudes que, cuando has idealizado a…